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EXAMEN DE COMPETENCIA LINGÜÍSTICA EN ESPAÑOL PARA MAESTRÍA Y/O DOCTORADO
Pon las
frases en plural: (10)
Escribe los números por extenso: (5)
Coloca los acentos gráficos en donde corresponda: (10)
Escribe los antónimos: (5)
Rellena los espacios con los artículos, las contracciones y las preposiciones: ¡NO NOS ENTENDEMOS! (76 espacios) (15) (0,197 cada espacio) ¡Quién diría que frontera que puede separar dos o más países puede ser simple calle, como es caso Brasil y Uruguay o río, como el que separa a Uruguay Argentina. Puede ser también intransponible, imponente, como lo es frontera que separa Chile Argentina!
Sobrepone verla
avión.
sobrevolarla, uno se da cuenta
que todas
diferencias, sobre todo lingüísticas,
que nos separan Chile tienen su razón
ser. ¡Están aislados! es
primer pensamiento que nos viene
mente. Cuesta pensar que esa muralla pueda ser vencida
ómnibus o
coche. Completa con las formas correctas (indefinidos, posesivos, demostrativos): (5)
Coloca los verbos en la forma correcta: (15)
Sustituye lo que está en negrito por los pronombres correspondientes: (10)
Pon las conjunciones: (5)
Redacción: Nuevos desafíos en la comunicación. (10)
Un cuento especialHabía una vez una niña que huyó despavorida de su casa. Como no tenía para donde ir, se escondió en el bosque. Al correr por allá se encontró frente a una pequeña casita. –¡Parece de muñecas! – pensó. Tocó el timbre y nadie vino a atender. Asombrada, vio que la puerta estaba sin pestillo y se dijo -¡voy a husmear lo que hay aquí!
Al entrar, se llevó una gran sorpresa. En la pequeña salita había todo tipo de cosas desperdigadas por elsuelo, varios sacos, pantalones, calzoncillos y calcetines tirados. Había hasta alhajas tiradas en la alfombra. Sin duda, alguien había querido desvalijar la casita. Le llamó la atención que los zócalos estaban escritos con tiza.
Fue hasta la cocina y allí el desastre era todavía mayor. – ¡Qué lío! – dijo en voz alta. – Lo raro es que aquí todo es chiquitito. Deben ser muy pequeñitos los que viven en esta casa. Sobre la cocina había una olla enorme con una mescolanza dentro que se parecía a un guiso de pollo y sobre la mesa muchos platos sucios con restos de comida.
Salió de la cocina y al ver la escalera decidió seguir husmeando. Cada escalón que pisaba crujía. Al llegar arriba su primera exclamación fue: – ¿Qué es esto? Un montón de camitas sin tender, las sábanas tiradas en el suelo, las mantas debajo de las camas y las almohadas y almohadones todos apilados sobre una silla de mimbre. Al fondo, otra escalera que llevaba a una buhardilla, más cosas tiradas por allá. Pensó: si este lugar está así, ¡cómo estará el sótano!
Volvió a la cocina y al ver un delantal colgado se lo puso y empezó a limpiar los cacharros. Puso la ropa en remojo y con lo que encontró en el placard hizo una ensalada de garbanzos con perejil y boniatos picados, pollo con salsa y de postre, un helado de durazno con crema doble.
Corrió a la habitación y tendió las camitas. De repente sintió que alguien le jalaba del delantal y cuando se dio vuelta vio a unos cuantos hombres chiquititos alrededor de ella, que la miraban rabiosos. – ¿Qué pasó con nuestra casita?, ¡nos gustaba tanto, encontrábamos todo tan fácilmente!– Los enanitos empezaron a hablar y a protestar a la vez.
De pronto se oyó el vozarrón de uno de ellos -¡Ustedes están locos de remate, conseguimos a alguien que nos arregle las cosas y encima gritan! – y mascullando algo salió de la salita.
La niña, al ver que tenía la posibilidad de quedarse a vivir con ellos, los engatusó contándoles lo que les había preparado para el almuerzo. M. Eulalia A. Bartaburu. Click en 'enviar'.
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